Los mexicanos sabemos mejor que nadie, que el ciclismo es como la vida, hermosa, alegre, divertida, apasionante, pero muy retadora.
Todos los días nos levantamos para luchar nuestro sueño, nuestro propósito, nos reinventamos, y salimos a rodar, porque en la vida y en la bici nunca paramos, y no pararemos. Porque nos mueve el deseo de ser mejores, nos mueve el deseo de mostrarle al mundo con orgullo lo bueno de México.